Aún queda muuuuuuuucho para septiembre (fecha tope para irnos), y la espera se hace laaaaaarga y tediosa. Sin embargo, antes de irnos, debemos hacer varios trámites. Entre ellos, el pasaporte. Más o menos en diciembre pedimos cita para su renovación y nos dieron fecha para el 16 de enero a las 12:30.
Aunque sea muy poquita cosa, renovar el pasaporte es algo que nos acerca un poquitín más a nuestro viaje, por lo que renovarlo era algo de lo que estar contentos. Tras revisar que no nos dejábamos nada en casa (DNI, foto carnet, etc.), salimos un poco tarde de casa. Pero no importaba porque íbamos en coche, así que llegaríamos a tiempo. Y cuando estábamos casi por llegar a la Comisaría de Málaga, Miguel va y me pregunta «¿cuesta dinero renovarse el pasaporte?». «Y yo qué sé», le respondo, por lo que decido mirarlo por Internet.
– Sí que cuesta dinero. Más concretamente 26,02€.
+ Joder, ¿tanto?
– Sí, tanto… ¿Tienes suelto?
+ No. ¿Y tú?
– *abre el monedero y ve moneditas de bronce 😢* Nada de nada.
+ Mierda.
Bueno, cero dramas. Tenemos una maravillosa aplicación móvil llamada Google Maps, así que mientras Miguel conduce yo busco un cajero automático. Pero claro, como tengo la orientación atrofiada y no entiendo nada ni encuentro nada y me agobio porque ya mismo son las doce y media y no tenemos dinero y AAAAAARRGGGGG.
Aparcamos.
Miguel coge el móvil.
Encuentra un cajero.
Yo me siento como cuando en las películas hiperventilan con una bolsa de papel.
Nos vamos pitando.
Una vez en la puerta de la Comisaría, Miguel y yo decidimos separar nuestros caminos: él se va a sacar dinero y yo me voy a la cita a dar la cara y a explicar por qué llego tarde y sin dinero.
Total, que entro súper apurada por la puerta y un policía me para y me pregunta que a dónde voy.
– Pues a renovarme el Pasaporte *echa una mirada desafiante para hacerle entender que nadie la va a frenar en su apuntodeserfallida misión* *vuelva a intentar entrar*
+ *le corta el paso* Aquí no es.
– Ups, jeje, lo siento, gracias 😅
Y me voy… pero claro, una vez en la calle me vengo a dar cuenta que no sé a dónde tengo que ir, así que vuelvo.
– Perdone, ¿y dónde se saca el pasaporte?
+ En la puerta de al lado.
– ¿Qué puerta?
+ Esa *señala a la izquierda*.
– Oh, esa… gracias.
Sí, era una puerta que estaba JUSTO al lado pero que, será cosa de la miopía, yo no vi.
En fin, paso la puerta, hay un poco de cola, un hombre me pregunta si quiero renovar sólo pasaporte o DNI + pasaporte, teclea unas cosillas en el ordenador, me comenta que no pasa nada por llegar tarde, que no importa, y me voy a una salita a esperar.
Casi enseguida me llaman. Tengo que ir a la mesa 13. Voy súper lentito por si a Miguel le diera por aparecer con el dinero. Llego a la mesa y me siento.
+ Deme su DNI y antiguo pasaporte si tuviera.
Le entrego lo que me pide.
+ Son 26,02€.
– Ehm… No tengo dinero…
+ *Me mira con cara rara*
– O sea, el dinero está de camino. Bueno, mi pareja. Que se ha ido a un cajero, que ahora viene. ¿Sería posible que hiciera los trámites mientras y le pago después?
+ Vale *se encoge de hombros y se pone a lo suyo*.
Mientras tanto, yo le escribo a Miguel mensajes por WhatsApp pidiéndole que se de prisa. Pero no puede darse prisa porque dice que se ha adentrado en un barrio to’ chungo en el que duda que realmente haya un cajero. Que camina y camina pero no encuentra ninguno.
+ Bueno, esto ya está.
– *nervios nervios nervios nervios* Oh…
+ Mire, dejamos el pasaporte aquí y cuando venga su pareja me paga.
– *alivio alivio alivio alivio* ¡Genial! Gracias. No tardará mucho en llegar.
Y llega. Veo a Miguel con la frente chorreando de sudor y la camisa transpirando. Llega como quien acaba de cruzar la línea de meta de un maratón a la pata coja y los ojos vendados. Llega rendido y a destiempo, pero llega.
– OOOOOHHH ESTÁ AQUÍ, ESTÁ AQUÍ, ES ÉL, ES ÉL, MÍRELO ES ÉL *me emociono cual fan de Justin Bieber*.
Miguel paga y todos contentos. Ahora le toca su turno.
Yo tan feliz con mi pasaporte nuevo me siento al lado de Miguel. Nos vuelve a atender una mujer, pero esta es mucho más simpática y joven. Miguel tiene que renovar DNI y Pasaporte. Una vez terminado el trámite del primero, toca el turno del pasaporte.
– La fotografía, por favor
+ Un momento… *busca en su cartera* … *sigue buscando* … *busca todavía más* …
– Miguel…
+ *se levanta y busca en los bolsillos de los pantalones* … No tengo la foto.
– ¡Pero si antes de salir de casa te pregunté y me dijiste que sí la llevabas!
+ Pues ahora no.
Total, que nos vamos a la tienda de fotografía más cercana. Por suerte está en la acera de enfrente. Por desgracia está llenísima de otras mil personas despistadas. Así que decidimos volver a casa y pedir una nueva cita para el pasaporte de Miguel…
En fin, creo que este fue el trámite administrativo más tenso de toda mi vida. Y todavía no ha terminado. El apartado «Pasaporte» de la lista mental de «cosas que hacer antes del viaje» está completado sólo al 50%. Así que… To be continued!
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