Todavía recuerdo aquel post en el que escribí sobre lo mucho que daban siete días. Ay, alma de cántaro… ¿Y lo mucho que dan veinticuatro horas? Es que ayer tuve un día «geniaaaaaal». Sí, ayer fue uno de esos días en los que piensas «¿podría pasar algo peor?» y va y pasa. Así que con…
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